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Una de las mejores lecciones de mi crisis de identidad

Inconscientemente había aprendido a definirme a través del matrimonio, mi vida en pareja, (vivimos juntos cerca de cinco años) y mi trabajo como docente.


Por eso, convertirme en viuda como el convertirme en madre casi al mismo tiempo fueron eventos que me dejaron en una crisis de identidad.


¿Quién era yo antes de esto?


Creo que me podría describir como una mujer casada, enfocada en proyectos profesionales y personales, una excelente docente, y la mano derecha de mi esposo.


Pero cuando todo esto cambió de manera abrupta, yo me sentí perdida y sin rumbo.


Y hoy después de tres años, miro mi pasado para reflexionar. Creo firmemente que la vida no solo trata de vivir experiencias. Sino que también, de lo que aprendes de esas experiencias.


Aprendí que uno nunca debe basar su VALOR en cosas que puedan cambiar.


Con esto me refiero a que tendemos a pensar que somos personas valiosas porque estamos en pareja, o por los amigos que tenemos, o los bienes materiales, sin embargo así como los bienes materiales pueden ir y venir, los seres humanos que nos acompañan también.


A veces por decisión propia (un divorcio, separación) otras veces inesperada (un accidente, una enfermedad). Y esto quiere decir que nunca dejarás de ser valiosa, aunque las personas que te acompañaban ya no estén.


A veces es al contrario, piensas que al obtener ciertos bienes materiales, estar en una relación, estar más delgada, tener mas amigos, tú serás una persona más valiosa, ¡mentira!


Todos estos factores externos no son constantes.


Y entonces ¿en qué puedo basar mi valor?


He aprendido que puedo mirar más allá. Baso mi valor en la relación que tengo conmigo misma, con mi “ser”. Aunque cambien mis emociones, y a veces experimente momentos de frustración, sigo siendo una persona valiosa por el solo hecho de ser humana. La psicología define este valor como el valor innato.


Hoy en día me defino como una persona proactiva, curiosa, valiente, creativa, amorosa, sensible, vulnerable, enérgica, interesante, amable y que comete errores. Y con estos atributos puedo aceptar cualquier rol (novia, coach de vida, docente, madre) y no atarme a ellos.


Es decir, mi valor no cambia, aunque cambien las circunstancias, o cometa un error.


Sigo creciendo, en moción, mis células siguen naciendo, creciendo, regenerando y muriendo. Esta es una verdad científica, y no puedo ir en contra de ella y soy proactiva para que sea como yo la quiero.



En que estas basado tu valor


¿en lo que tienes o te hace falta?


¿en tu relación sentimental?


¿en factores que pueden cambiar?


¿Que pasará cuando estos no estén?





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